jueves, 19 de junio de 2014

Comunidad de Vida Cristiana: Misión Amazónica.

COMUNIDAD DE VIDA CRISTIANA - MISIÓN AMAZÓNICA
SIGUIENDO EL LLAMADO DEL SEÑOR PARA IR A BUSCARLE Y HALLARLE EN LAS FRONTERAS
PRIMERA ENTREGA

Manaus – Brasil, Junio 04 de junio de 2014
Carmen Amaya y Jairo Forero – CVX Colombia



Cada paso que se da en el camino de seguimiento del Señor nos pone en dinámica de salir de nosotros mismos, de nuestro propio egoísmo, y nos descubre frágiles y necesitados de su inspiración permanente, de su cercanía y ternura. Podríamos decir que esta misión amazónica de la CVX no inició el pasado 31 de mayo con nuestra llegada a la ciudad de Manaus – Brasil, sino que se gestó hace ya mucho tiempo en la semilla que el mismo Dios plantó en el corazón de tantas personas que han hecho posible el que les escribamos hoy desde aquí.

Desde siempre nuestro corazón se ha colmado de profundo agradecimiento con el Señor y con nuestra comunidad de referencia, Raíces – Colombia, con nuestra comunidad nacional y muy especialmente con la comunidad mundial que nos ha acompañado e inspirado de muchas maneras para el discernimiento y la confirmación permanente de esta decisión de hacernos misioneros.

Les contaremos algunos apartes de nuestras actividades y de las mociones que se han suscitado en nosotros para que juntos, vayamos andando este camino misionero, buscando y hallando la voluntad del Señor en las fronteras.


LA SALIDA DE CASA Y LA LLEGADA A MANAUS

Al encaminarnos efectivamente hacia tierras Amazónicas, nos sentimos desafiados a seguir optando por un estilo de vida sencillo y austero, nuestra salida de casa no fue sencilla; con el tiempo en contra, tuvimos que terminar arreglos en casa, hacer nuestro equipaje y despedirnos de nuestros amigos y familiares.  Nos dimos cuenta de cuántas cosas tenemos que nos anclan y no nos dejan volar con libertad, de la importancia de hacernos indiferentes hasta en las pequeñas cosas. Con la bendición de nuestras familias y con sentimientos encontrados, partimos de Bogotá el 31 de Mayo a las 12: 15 p.m. 

Llegamos a la ciudad de Manaus a las 9:45 p.m. en compañía de un jesuita –que viajó con nosotros a su misión – , allí nos esperaba el padre Anselmo, quien nos recogió y llevó hasta la casa de voluntarios en el barrio La Compensa 2, un sector popular de la ciudad, allí nos encontramos con Mila, de origen Chileno, también con Fede e Isa, voluntarios españoles, quienes nos han recibido con mucha expectativa, así como con mucho cariño; realmente, es un encuentro de culturas.  Al llegar, sentimos el aire pesado y húmedo, con dificultad respirábamos, el calor es único e incomparable, lo que supone adaptación y mucha paciencia. Nuestra casa de voluntarios ha superado nuestras expectativas, ya que ha sido totalmente remodelada y cuenta con todos los servicios básicos, así como dotación de habitaciones, cocina, baños que nos proporcionan mucha comodidad. Con alegría nos damos cuenta que la providencia del Señor se muestra infinita en la generosidad de los jesuitas, para quienes nuestra presencia no es un hecho menor.

Saberse en medio del Amazonas y no poder ver un trocito de selva nos ha impactado muchísimo; tanto más, es empezar a dimensionar el tamaño de esta ciudad de contrastes, en la que hemos recorrido trayectos de hasta 2 horas en bus para llegar a los lugares de destino, viendo solamente edificios, calles asfaltadas, más autobuses y ríos que llevan los desechos de las casas y las industrias.


PRIMERAS CONVERSACIONES

En nuestra primera conversación con los voluntarios que moran en la casa, nos empezamos a empapar de las dinámicas de la cultura brasileña, un tanto distinta en cuanto al ritmo para algunos trámites y procesos que nos impactan directamente; también nos enteramos de los proyectos en los que han venido trabajando: Mila, trabaja en un proyecto denominado Peques[1], que busca formar voluntarios para trabajar con niños de comunidades pobres para que aprendan a aprender, de paso a leer, a escribir y matemáticas. Por su parte Fede e Isa, trabajan en un proyecto de atención a migrantes que tienen la comunidad escalabriniana en cooperación con los jesuitas, denominado Pro – Haití; allí acuden los migrantes haitianos a pedir apoyo y ellos les ayudan con la regularización de sus documentos para permanecer en el país.

El martes 02 de Junio hablamos con el Padre Adelson, quien nos recibió con mucho cariño y agradecimiento, nos indicó que nuestra misión será en la población de Marabá, Estado de Pará, donde la compañía de Jesús tiene a cargo una parroquia y desea reabrir una guardería infantil que estaba a cargo de una comunidad de religiosas que tuvieron que abandonar la obra; también nos propuso trabajar en un centro cultural en el que niños y jóvenes toman talleres de artes plásticas, danza, música y capoeira; finalmente, nos pidió ayudar en el fortalecimiento y difusión de la Espiritualidad Ignaciana en la parroquia. Al contemplar esta gran misión, nos sentimos muy alegres, aunque muy desafiados también por la dimensión de la misión; por la compleja realidad de la niñez y la juventud en Brasil, que conjuga la falta de oportunidades de promoción humana y los contextos vitales en que se desarrollan.

Con el Padre Anselmo hablamos el 03 de junio, y nos contó que durante este mes estaremos en el proceso de adaptación y de inducción en la ciudad de Manaus, tendremos unas charlas preparadas por algunos jesuitas y otras personas conocedoras de la realidad de la Amazonía y conoceremos la dinámica de las obras de la compañía de Jesús. En cuanto al idioma, nos han indicado que lo mejor es tomar el curso en Marabá, ya que las dinámicas mundialistas han hecho muy difícil encontrar un maestro que nos dé a todos (voluntarios y jesuitas en formación) unas clases particulares de portugués. Nos ha contado también, que las dinámicas de la Compañía de Jesús son muy diferentes a las de Colombia, acá las obras y los proyectos son más flexibles para responder a las necesidades de la comunidad, por lo tanto, no se cuenta con obras grandes como colegios o universidades.

Nos ha hablado un poco de la proliferación de iglesias evangélicas[2] y la dificultad de establecer un diálogo ecuménico, ya que estas no están abiertas para ello, al contrario, buscan atraer los líderes católicos para hacerlos pastores y pastoras en las nuevas iglesias. De otro lado, nos indicó que la realidad amazónica tiene conflictos de tierras en el sur, donde se sigue destruyendo la selva para la industria maderera, minera y ganadera. Finalmente, nos invitó a hacer un llamado a la juventud brasilera para que se motive en ellos el deseo de hacerse misioneros voluntarios, pues la compañía de Jesús recibe muchas solicitudes de voluntarios de fuera del país que desean trabajar en Brasil, pero no hay personas de los mismos territorios que se quieran vincular a los proyectos, ni que quieran aportar recursos económicos que también son una dificultad que amenaza la continuidad del trabajo en la región.

El miércoles 04 de junio fuimos a visitar a la hermana Arizeti, que vive en nuestro barrio y que hizo parte del equipo itinerante por cerca de 15 años. Nos saludó muy emocionada, recordando el dinamismo de Mauricio López, su disponibilidad para trabajar desde la CVX con este equipo, también nos indicó que el equipo itinerante necesita urgentemente misioneros que den continuidad a la misión y que nuestro trabajo en Marabá se puede ampliar para a establecer vínculos con las comunidades indígenas que moran en el territorio.


UNA REALIDAD QUE NOS DESAFÍA COMO COMUNIDAD

Como comunidad que se reconoce como un cuerpo apostólico que camina hacia las fronteras, la CVX tiene un gran desafío: escuchar los gritos de la región amazónica, de su gente, de su selva y disponer los medios para asumir procesos de largo plazo con las comunidades, caminando a su lado, haciéndose disponible para enviar personas y gestionando recursos económicos de cooperación que favorezcan proyectos de crecimiento integral y la estructuración de experiencias apostólicas de base.

Es vital motivar en nuestras comunidades procesos de reflexión en torno al estilo de vida, de consumo, de modelo económico en el que vivimos y por el que cada día optamos, un modelo que sigue depredando a pasos agigantados la riqueza natural del planeta y dejando a su paso ríos de devastación y de muerte. Preguntarnos cuál es la CVX que el mundo necesita y cómo desde ya, podemos ir construyendo modelos alternativos de comercio justo, de consumo responsable, de concientización sobre la realidad no solo de la amazonia, sino de todos los pueblos de América Latina y del llamado: Tercer Mundo.

A partir de esta experiencia es posible estructurar un modelo de voluntariado – misión en cada país, que movilice las potencialidades de nuestras comunidades a ir a las fronteras y escuchar allí los gritos que requieren de nuestra atención y de nuestra acción.

Finalmente, elevamos una súplica al Señor para que nos ilumine en este caminar como comunidad,  para que abra nuestro corazón a las realidades de nuestros países que más nos cuestionan e impresionan y que así mismo, encienda en nuestros corazones el deseo de servir con total disponibilidad y un amor que se ofrenda.




[1] Forma adaptada para pronunciar la sigla PEC –Projeto Educação e Cidadania.
[2] Se llaman aquí evangélicas a otras denominaciones cristianas no católicas de variada orientación doctrinal.