domingo, 1 de julio de 2012

Para reflexionar...


Solo es cuestión de ver un noticiero o leer un periódico para darse cuenta de cómo el mal forma parte de nuestra vida cotidiana. El último caso que resuena en Bogotá es el de Rosa Elvira Cely, mujer de escasos recursos, que en una noche de diversión (como todos queremos tener de vez en cuando) fue brutalmente agredida, tanto que la llevo a la muerte. Llama la atención que es, precisamente por este tipo de casos, que se comienzan a destapar otras “ollas podridas”, como por ejemplo: la negligencia en la llegada de las ambulancias, las injusticias en el servicio de salud, etc. 
 
El caso de la señora Rosa Elvira es uno más, de muchos actos de violencia (hacia la mujer y también hacia el hombre) que se mantienen en silencio e incluso en el olvido y que no sólo se presentan en Bogotá, sino en diferentes ciudades del país y del mundo. Sin embargo, el caso de Rosa Elvira resalta, pues es la gota que derramó la copa,  y la ciudadanía, en especial las mujeres, salió a marchar el domingo 3 de Junio a gritar ¡NO MAS!, para así mostrar el total rechazo ante estos actos.

Acontecimientos como estos no pueden sino generarnos reflexión, particularmente a nosotros como Comunidad de Vida Cristiana. Es la ocasión para refrescar y llenar de contenido, y de rostros, la pregunta que se ofrece, y que seguramente hemos orado en los Ejercicios Espirituales: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué he de hacer por Cristo? (EE 53). Sé que para todos, el caso de Rosa Elvira resulta indignante, y que incluso llega a generar rabia y tristeza; es posible que alguno de nosotros haya asistido a la marcha. ¿Podríamos tal vez hacernos sentir como Comunidad? Como CVX, podemos formularnos la pregunta de los Ejercicios en términos del ‘nosotros’. Tenemos  una voz en una sociedad que pide gritos de esperanza. Es hora de que nosotros como comunidad que somos, también elevemos nuestras voces y gritemos unidos a aquellos que padecen en sus propios cuerpos el dolor y la exclusión. ¿Cómo hacerlo? Hay muchas formas: escribiendo una línea mostrando el rechazo hacia este tipo de situaciones, generando cadenas de oración o cualquier otra idea que se nos ocurra. Los medios los tenemos y nuestro país los necesita.

Quizá no podamos cambiar las situaciones de violencia tan extrema, y cada uno desde su lugar esta aportando en la construcción de esta sociedad tan lastimada. Más en nuestras manos reposa una rica tradición espiritual que nos invita al compromiso en comunidad. Tenemos las herramientas que pueden ayudar a generar cambios, que aunque pequeños, pueden ser significativos.

Laura Rodríguez
CVX Raíces

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